lunes, 18 de abril de 2011

Los mocos

Fuente: Blog Clara Blanchar , http://blogs.elpais.com/mamas-papas


Si cotizaran en bolsa estaría forrada. Podría llenar un pantano con los mocos de las enanas. Cuatro y uno suman cinco años: un lustro quitando mocos. De todas las texturas, colores, temperaturas, horas del día y épocas del año.  De los verdes, secos, pegaos y malolientes de buena mañana -a menudo con prolongación hacia ojos, cejas y pelo-; a los transparentes e inofensivos de la hora del baño. De los blancos que alertan de la llegada de OTRO virus, a los marrones con tropezones que constatan que EL VIRUS era de los gordos.
También están los transparentes, modalidad frío; los amarillos, modalidad estamos en la playa y, qué bien, salen solos y hacemos limpieza; los de estornudo de cuando pega el sol o hay polvo. Combínense con galleta, papilla, yogur, arena del parque, lágrimas, pintura, plastilina, purpurina de una cara pintada… creo que no me dejo nada. Y añádase, a veces, burbujita.
Si algo tienen en común los mocos es que no tienen fin. Eso sí, el consenso es total: mejor fuera que dentro. Un niño sin mocos es como un jardín sin flores. Lo dicen pediatras, madres, tías, suegras y cuñadas. Pues, hala, para eso están los kleenex y el suero. Las cajas de 200 pañuelos van que vuelan. De un par al mes no bajamos: una en la habitación, otra en el comedor. 400 pañuelos divididos por 60 días dan una media de 6,6 al día. Y no cuento los otros, los  plegados de bolsita. Ni el papel de cocina cuando no hay otra cosa a mano. ¿La celulosa contamina mucho?


Una madre es una persona que vestida lleva no menos de media docena de kleenex usados encima, entre los bolsillos de la chaqueta, los de los vaqueros y los que hay sueltos por el bolso. Y aún así, ¡horror!, no se libra de los pegotes en el jersey o en la solapa de la chaqueta. Si trabaja de periodista, como es el caso, cuanto mayor es la importancia del entrevistado o la rueda de prensa, más extensa es la mancha de moco seco que se luce.
Supongo que cuando tengan 16 años y discutamos a qué hora pueden volver de marcha los echaré de menos. Mientras tanto estoy marinando una mascarilla a base de moco variado, arena, lágrimas y potito de ayer a mediodía. Visto el cutis que tienen, voy a quitarme una década de encima.

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